viernes, 30 de noviembre de 2018


La gestión de la dimensión comunitaria
en la vida cotidiana de nuestros 
Centros Educativos

La gestión es una intervención en el doble sentido que tiene en latín interventio (venir entre – interponerse). En el lenguaje corriente, esta palabra es sinónimo de mediación, buenos oficios, ayuda; pero también en otros contextos significa intromisión, injerencia.
Así, toda intervención provoca un quiebre en la transparencia de una institución escolar; a veces es para una nueva articulación y otras para quebrar una cristalización del sistema.
¿Qué hace que las ideas se transformen en prácticas, en actos de transformación? Lo que empuja o detiene el pasaje de la idea al acto es la emoción. En esencia, todas las emociones son impulsos a actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida que la evolución nos ha inculcado: la raíz de la palabra emoción es motere, del verbo latìn “mover”. Además el prefijo “e” implica alejarse, lo que sugiere que en toda emoción está implícita la tendencia a actuar. Las mismas ideas, el mismo conocimiento, encuentran distintas posibilidades en la acción según las emociones que los acompañen.
Cuando entramos a una escuela, percibimos el clima que circula, invitándonos a estar, trabajar, compartir o, por el contrario, la “toxicidad” que se respira en un ambiente cargado de resentimiento y violencia en los vínculos interpersonales.
No se trata de construir el mundo ausente de conflicto, tensiones y sufrimientos. Las agresiones también forman parte de la condición humana. La salud de una institución no está vinculada a la cantidad de conflictos sino a sus estilos y  al  modo de abordaje de los mismos. (Bleger). No hay equilibrio, armonía ni estabilidad; las organizaciones viven en tensión (al menos mientras están vivas)
Los estados de ánimo, las emociones nos “tienen a nosotros “en tanto definen nuestros modos de actuar, pero también son pasibles de diseño cuando las reconocemos y nos hacemos cargo de ellas.
Es una decisión política y estratégica sobre cuáles de las dimensiones pondremos el foco en la gestión del centro educativo. En extremo, esto traerá aparejado complejidades, logros y caminos institucionales acorde a la dimensión elegida.
¿Qué entendemos por “dimensión comunitaria” en una institución escolar?
¿Es necesario gestionar la dimensión comunitaria? ¿Se puede intervenir en esta dimensión para lograr los resultados previamente planificados? ¿Es posible plantear alternativas que nos permitan intervenir en los fenómenos y orientarlos en función de nuestros propósitos?
Entendemos estos aspectos sobre las cuales operar para lograr el efecto buscado:[i]
1.- Sentido: implica no sólo la existencia o búsqueda de un  “por qué” de la organización y sus procesos, sino también la circulación y apropiación del “por qué” por parte de sus actores. El efecto desbastador en lo emocional de la comúnmente llamada burocracia no está sólo en la ineficiencia, sino en el sinsentido que tiñe las tareas.
2.- Lugar: Capacidad para sentirse con derecho, lejos de los títulos o de los diplomas en el bolsillo. Asumir el riesgo de hablar para decir no, compromiso con el propio nombre en el “no”. Instalación de una tensión entre la propia ambición y lo que esperan los otros, entre la propia voluntad y la imagen en la cual los otros nos colocan. Debe existir lugar para el sujeto en lo comunitario.
3.- Palabra: Necesaria para dar cuenta de lo que pasa, aunque no lo entendamos (y es que tal vez sólo lo entendamos si hablamos) Pero, también, restitución de la palabra como compromisos que asumimos en nuestras conversaciones; a este carácter se refiere el grado de credibilidad de una organización. Allí donde la palabra no tiene lugar en una organización, circulan los “remplazantes de la palabra”.
4.- Ley: Si toda institución se define por la existencia de una legalidad determinada, su clima se verá afectado por la calidad de esa ley o normas que la regulan, pero más aún por la equidad con que es aplicada por el poder formal. La percepción de injusticia, y ausencia de la ley, es la fuente de los desalientos más profundos, y está en origen del resentimiento y/o la resignación de muchos de nuestros educadores.
5.- Humor: es un ¿fenómeno? más fácil de registrar que de explicar. Causa y consecuencia de la salud e inteligencia de una organización abierta al juego, la ironía, la celebración, la seducción; refleja y genera el placer de hacer lo que se hace. La capacidad, el permiso, el espacio para el humor y el placer no se expresan sólo en la sonrisa perpetua y el desconocimiento del esfuerzo y el conflicto como parte de la tarea escolar. El humor se constituye en el trasfondo y recurso de la escuela para afrontar creativamente sus propios retos. El “sentirme bien”.
6.- Cooperar/Competir: Los docentes  necesitan cooperar en su tarea, pero también compiten por reconocimiento, recursos; la escuela debe cooperar con otras instituciones, pero también debe competir por espacios, alumnos, reconocimientos, resultados deportivos, etc. La cooperación relaja y la competencia tensa. En los extremos dañan. En su tensión dinámica donde hay que encontrar el equilibrio para cada situación.
7.- Producir/aprender: Todo proceso organizacional se realimenta enérgicamente con los logros o fracasos en la producción alcanzada, los resultados obtenidos y el aprendizaje realizado. El deseo en una organización crece y se desplaza a través de los logros alcanzados, en la medida que no se confunda éxito con exitismo.
Es necesario la “intencionalidad” de acción sobre estos aspectos que configuran la dimensión comunitaria de nuestras instituciones. Sin intencionalidad no hay gestión. Es distinto “hacer que las cosas sucedan” a “que te sucedan cosas” y luego debas decidir qué hacer con las mismas.

Concluimos dejando abierta la reflexión sobre los aspectos que influyen en la dimensión comunitaria de nuestro Centro Educativo Franciscano:
-          ¿Sobre cuál/cuáles pongo más énfasis en mi trabajo de gestión?
-          ¿Sobre cuáles intervengo y sobre cuáles no intervengo? ¿Por qué?
-          ¿Tengo conciencia de lo importante de gestionar la dimensión comunitaria de la institución escolar?



[i] Cfr. Bernardo Blejmar (2005) Gestionar es hacer que las cosas sucedan; Buenos aires. Pág. 66ss

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